Julieta:- ¿Quién eres tú, que así, envuelto en la noche, sorprendes de tal modo mis secretos? Romeo:- ¡No sé cómo expresarte con un nombre quien soy! Mi nombre, santa adorada, me es odioso, por ser para ti un enemigo. De tenerla escrita, rasgaría esa palabra. Julieta:- Todavía no he escuchado cien palabras de esa lengua, y conozco ya el acento. ¿No eres tú Romeo y Montesco? Romeo:- Ni uno ni otro, hermosa doncella, si los dos te desagradan. Julieta:- Y dime, ¿cómo has llegado hasta aquí y para qué? Las tapias del jardín son altas y difíciles de escalar, y el sitio, de muerte, considerando quién eres, si alguno de mis parientes te descubriera. Romero:- Con ligeras alas de amor franqueé estos muros, pues no hay cerca de piedra capaz de atajar el amor; y lo que el amor puede hacer, aquello el amor se atreve a intentar. Por tanto, tus parientes no me importan. Julieta:- ¡Te asesinarán si te encuentran! Romero:- ¡Ay! ¡Más peligro hallo en tus ojos que en veinte espadas de ellos! Mírame tan sólo con agrado, y quedo a prueba de su enemistad. Julieta:- ¡Por cuanto vale el mundo, no quisiera que te viesen aquí! Romeo:- El manto de la noche me oculta a sus miradas; pero, si no me quieres, déjalos que me hallen aquí. ¡Es mejor que termine mi vida víctima de su odio, que se retrase mi muerte falto de tu amor. Julieta:- ¿Quién fue tu guía para descubrir este sitio?
Julieta:- ¿Quién eres tú, que así, envuelto en la noche, sorprendes de tal modo mis
ResponderEliminarsecretos?
Romeo:- ¡No sé cómo expresarte con un nombre quien soy! Mi nombre, santa adorada,
me es odioso, por ser para ti un enemigo. De tenerla escrita, rasgaría esa palabra.
Julieta:- Todavía no he escuchado cien palabras de esa lengua, y conozco ya el acento.
¿No eres tú Romeo y Montesco?
Romeo:- Ni uno ni otro, hermosa doncella, si los dos te desagradan.
Julieta:- Y dime, ¿cómo has llegado hasta aquí y para qué? Las tapias del jardín son
altas y difíciles de escalar, y el sitio, de muerte, considerando quién eres, si alguno de mis
parientes te descubriera.
Romero:- Con ligeras alas de amor franqueé estos muros, pues no hay cerca de piedra
capaz de atajar el amor; y lo que el amor puede hacer, aquello el amor se atreve a
intentar. Por tanto, tus parientes no me importan.
Julieta:- ¡Te asesinarán si te encuentran!
Romero:- ¡Ay! ¡Más peligro hallo en tus ojos que en veinte espadas de ellos! Mírame
tan sólo con agrado, y quedo a prueba de su enemistad.
Julieta:- ¡Por cuanto vale el mundo, no quisiera que te viesen aquí!
Romeo:- El manto de la noche me oculta a sus miradas; pero, si no me quieres, déjalos
que me hallen aquí. ¡Es mejor que termine mi vida víctima de su odio, que se retrase mi
muerte falto de tu amor.
Julieta:- ¿Quién fue tu guía para descubrir este sitio?